viernes, 20 de diciembre de 2019

Intervención y tratamiento en el aula del alumnado que presenta el trastorno

La alta prevalencia de los trastornos del sueño ocasiona problemas de rendimiento académico en el alumnado que los padece, ocasionando, entre otros problemas: irritabilidad, fatiga, llegadas tarde a clase y en un 30% de los casos absentismo.

Debido a que dormir representa un actividad fundamental para el desarrollo neurológico, la población escolar que no realice adecuadamente este acto sufrirá una cierta invalidez que le provocará una disminución de su productividad intelectual con alteraciones en la memoria, el razonamiento lógico y factores relacionados con la interacción social como cambios bruscos de humor, estrés y reacciones desmesuradas...dando como consecuencia un rendimiento escolar precario y un proceso de socialización defectuoso. El aprendizaje escolar está claramente condicionado por un sueño saludable. Además, otras consecuencias relacionadas con un mal sueño es el posible desarrollo de patologías asociadas como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Diversos estudios han demostrado que los trastornos del sueño tienen un impacto negativo incuestionable.

Por ello, es de vital importancia que llevemos a cabo una intervención con nuestros niños en el aula que tenga como objetivo prevenir y tratar el problema en cuestión.

La intervención en el aula se llevará a cabo mediante:

1. Consolidación del conocimiento sobre el buen dormir

En ocasiones es necesario transmitir a los escolares informaciones sobre higiene del sueño; el objetivo es que tengan información que les permita desarrollar unos hábitos de sueño correctos y concienciarles, a pesar de su edad, de la importancia de un sueño adecuado tanto para su salud como para su desempeño académico. Deben ser conscientes de que un adecuado sueño repercutirá en una mejoría no solo académica sino de muchos otros ámbitos de su vida, por el contrario, una mala práctica de esta actividad traerá graves consecuencias como las antes mencionadas. Es importante que desde edades muy tempranas comiencen a darle la importancia necesaria y a desarrollar hábitos adecuados.


2. Aplicación de programas educativos efectivos y actividades en el aula

Son programas educativos con un enfoque conductual que a parte de tratar de remediar las alteraciones del sueño de los alumnos tienen también una función preventiva basada en la autorregulación. La implicación de los docentes es fundamental y el tema debería ser incluido en los currículos oficiales.
Estos programas educativos cuentan con varios componentes:
  • Diagnóstico inicial: Antes de realizar la intervención es necesario tener información sobre los antecedentes y la historia del sueño del niño o niña.
  • Proposición de metas y objetivos: Elaborar unas metas personales que impliquen al escolar en el cuidado de su propio sueño, en la adquisición de hábitos más saludables.
  • Diseño de planes de acción: Elaborar actividades enfocadas a la sensibilización del alumno de que él es el responsable de cambiar sus hábitos y mantenerlos en el tiempo, los logros son suyos y él es el responsable de su salud. Irán enfocadas a la consecución de autonomía personal pero serán apoyadas por docentes y familiares para ayudar a su consecución.

Ejemplos de actividades que debe incluir el plan:
Diseñar su rutina de acostarse a una hora definida por él mismo, que sea coherente.
Establecer horarios regulares de dormir
Limitar la actividad física intensa un par de horas antes de acostarse
Realizar algún tipo de actividad suave como caminar o técnicas de relajación antes de dormir
Intentar que pase como mínimo una hora antes de terminar de ver la tv o usar el ordenador e irse a la cama
Intentar ver la tv en una habitación diferente a la que se usa para dormir
Eliminar o reducir la ingesta de bebidas estimulantes o gaseosas antes de dormir
Tomar un vaso de leche caliente 30 minutos antes de irse a dormir
Diseñar un plan de estudios propio que no altere las horas de sueño establecidas

En la próxima entrada pondremos algunos ejemplos de actividades para llevar a cabo en el aula con alumnado de la 2ª etapa de Educación Infantil extraídos de TFG de María Bernardo en la Universidad de Valladolid que creemos pueden ser muy interesantes y útiles para la aplicación práctica en el aula.

3. Enfatizar el rol formativo de los padres y familia

Es imprescindible que los docentes y la familia colaboren a la hora de inculcar hábitos de vida saludables a los niños y hábitos de higiene del sueño. Es necesario que los profesores ayuden a elaborar planes de autocuidado como el mencionado más arriba y que las familias apoyen a los niños en la consecución de los objetivos planteados. Será de gran interés que el profesorado acuda a charlas informativas sobre los principales trastornos del sueño en la etapa infantil, la cantidad de horas necesarias de sueño en cada etapa, la importancia que tiene el descanso para el desarrollo del niño a todos los niveles así como la prevención, diagnóstico e intervención en este tipo de problemas. Además, la familia será encargada de controlar ciertas cuestiones muy relacionadas con trastornos del sueño como puede ser un uso incorrecto o excesivo de las TIC antes de irse a la cama; los niños en muchas ocasiones no cuentan con la autorregulación suficiente para controlar su adecuado uso y es la familia quien debe encargarse de ese tema en el ámbito doméstico.

Será de gran interés que el profesorado acuda a charlas informativas sobre los principales trastornos del sueño en la etapa infantil, la cantidad de horas necesarias de sueño en cada etapa, la importancia que tiene el descanso para el desarrollo del niño a todos los niveles así como la prevención, diagnóstico e intervención en este tipo de problemas.
Además, la familia será encargada de controlar ciertas cuestiones muy relacionadas con trastornos del sueño como puede ser un uso incorrecto o excesivo de las TIC antes de irse a la cama; los niños en muchas ocasiones no cuentan con la autorregulación suficiente para controlar su adecuado uso y es la familia quien debe encargarse de ese tema en el ámbito doméstico.

domingo, 15 de diciembre de 2019

SONAMBULISMO

El sonambulismo, según la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, es un trastorno del sueño, el cual está clasificado como una parasomnia, en el que las personas desarrollan actividades motoras automáticas que pueden ser sencillas o complejas mientras permanecen inconscientes. Una persona sonámbula puede salir de la cama, caminar, ir al baño, o incluso salir de su casa. Estas personas tienen los ojos abiertos, pero no ven como cuando están despiertos si no que suelen creer que están en otras habitaciones de la casa o en sitios completamente diferentes. Los sonámbulos suelen volver a la cama por propia voluntad y a la mañana siguiente no tienen el recuerdo de haberse levantado. 


EL SONAMBULISMO EN NIÑOS: 

El sonambulismo también es muy común en niños y adolescentes y se puede producir en las primeras horas del sueño (sueño profundo). Su causa es desconocida y no existe tratamiento eficaz. 


En los niños, el sonambulismo se suele dar en las edades entre los 4 y los 6 años y parece que se produce más en varones que en mujeres, pero no existe una explicación solida del sonambulismo. Este se presenta durante la primera mitad de la noche, se trata de episodios en los cuales el niño se levanta de la cama y camina sin ser consciente de lo que le rodea. Durante los episodios, mantiene los ojos abiertos y puede hablar e incluso responder a preguntas sencillas aunque en realidad está profundamente dormido. Como este aparece en el sueño profundo, es difícil despertar y raramente recuerda lo sucedido al despertar.

Aunque es un trastorno del sueño benigno, suele ser el que más preocupa a los padres, estos deben tomar ciertas medidas de seguridad como instalar rejas en puertas y ventanas que puedan evitar que el niño salga de casa, poner vayas en las escaleras o cerrar armarios con llave para evitar accidentes. Los niños que suelen caminar, hablar o realizar actividades mientras duermen suelen tener entre cinco y doce años. De forma natural, aunque no siempre, un alto porcentaje de los niños que deambulan por la noche suelen dejar de hacerlo en la pubertad.


CAUSAS DEL SONAMBULISMO EN LOS NIÑOS: 

  • 1.      Causas que condicionan el sueño: aunque no hay causas concretas, esta conducta poco frecuente durante el sueño puede darse cuando los niños han vivido episodios de estrés en el colegio o en el hogar. También, si los niños no llevan un horario fijo o controlado del sueño y cada vez que acuestan a diferentes horas pueden sufrir episodios de sonambulismo involuntarios
  • 2.      La genética del sueño: Puede suceder que muchos niños hereden de sus padres las conductas del sueño. El hecho de deambular mientras se está dormido puede venir directamente dado por una conexión entre las áreas del cerebro que controlan el movimiento y el descanso a partes iguales. Por ello, aunque no en todos los casos, los padres que tienen sonambulismo en la edad adulta pueden tener hijos con desórdenes en el sueño.

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jueves, 5 de diciembre de 2019

TERRORES NOCTURNOS



¿Qué son los terrores nocturnos? ¿Por qué se caracterizan?

Se caracterizan por un despertar brusco desde fase lenta de sueño, generalmente en el primer tercio de la noche, con gritos, lloro, sensación de miedo, acompañamiento vegetativo y trastorno del comportamiento y deambulación, a veces con vocalizaciones o micción.

Se suele acompañar de amnesia de lo ocurrido, con recuerdo de sueños vividos o alucinaciones.



¿Cuánto duran? ¿A qué edad aparecen?
Un episodio de terror nocturno puede durar desde varios segundos hasta unos pocos minutos. En ocasiones se extiende a más tiempo.

Al igual que las pesadillas, los terrores nocturnos tienden a aparecer hacia los 2 o 3 años, teniendo una mayor incidencia en la franja de edad comprendida entre los 4 y los 12, y remitiendo al alcanzar la adolescencia.La prevalencia estimada es de 3% en la infancia, y menos de 1% en adultos, siendo más frecuentes en los varones.
SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LOS TERRORES NOCTURNOS

Durante un episodio de terror nocturno, es posible que el niño:

- Se siente repentinamente en la cama.

- Grite con angustia.

- Respire más rápidamente y tenga una frecuencia cardíaca más elevada.

Esté sudando.

- Mueva las piernas.

- Se vea asustado o alterado


CAUSAS

Los terrores nocturnos son un trastorno de vigilia, lo que significa que se producen durante el sueño N3, la fase más profunda del sueño sincronizado. Existen varios factores que pueden contribuir a causar los terrores nocturnos, como por ejemplo:
- Privación del sueño y cansancio extremo.

- Estrés.

- Interrupciones en el horario para dormir, viajes o interrupciones del sueño.

- Fiebre

En ocasiones, los terrores nocturnos pueden desencadenarse por afecciones no diagnoticadas que interfieren en el sueño, entre ellas:

- Síndrome de piernas inquietas.

- Trastorno del estado de ánimo.

- Algunos medicamentos. 

¿CÓMO PODEMOS AYUDAR AL PERSONA CON TERRORES NOCTURNOS? 

La mejor manera de manejar un terror nocturno es esperar con paciencia y asegurarse de que su hijo no se lastime si se mueve. Los niños suelen calmarse y volver a dormir solos en unos minutos.


Es conveniente no intentar despertar a los niños durante un terror nocturno. Esto no suele funcionar y los niños que se despiertan probablemente estén desorientados y confundidos, y les lleva más tiempo calmarse y volver a dormirse.

No existe un tratamiento para los terrores nocturnos, pero es posible ayudar a prevenirlos. Debemos intentar:
- Reducir el estrés del niño/a.
- Crear una rutina a la hora de acostarse.
- Asegurarse de que la persona descanse lo suficiente.
- No permitir que se queden despiertos hasta tarde.






miércoles, 27 de noviembre de 2019

PESADILLAS

Una pesadilla es un mal sueño, un episodio desagradable que se realiza durante el sueño REM, es decir la segunda mitad del sueño, donde nos encontramos más relajados, esta fase también es  conocida como como fase del sueño paradójico y ocupa un total de 50% del sueño en los niños/as.  En su momento cuando ocurren aparecen como situaciones reales tenidas durante el sueño, pueden aparecer en cualquier momento de la noche, aunque ocurren más en la fase anteriormente citada. 
Estas si son ocasionales y no interfieren en el día a día o en el desarrollo de niño/a no hay que preocuparse por ellas.

En la infancia estos episodios suelen aparecer entorno a los 3-4 años, aunque la cumbre máxima de las pesadillas es a partir de los 4-8 años porque esa etapa es considerada como la “edad de los miedos” y va disminuyendo poco a poco.
Las pesadillas perturban el sueño, a veces están relacionadas con problemas emocionales y las personas que las sufren suelen despertarse asustados, sudorosos, con ansiedad y angustia, llanto etc.
Cuando un niño/a  se despierta en estas condiciones debemos acudir en su ayuda, despertarlo suavemente con cariño y caricia y hacerle entender  que solo fue un mal sueño no ha pasado nada,  proporcionarle seguridad y confianza.
También es muy importante tener en cuenta que si el niño al día siguiente no se acuerda de que tuvo pesadillas, el adulto debe limitarse en hacerle preguntas o incluso decirle, ayer tuviste una pesadilla, te levantaste llorando, etc. Esto no le ayudará en cambio reforzará el miedo a la hora de irse para la cama.
CAUSAS
Las pesadillas no tienen un propósito determinado ni una interpretación concreta, pero pueden ser causa de algo que nos preocupa o nos asusta. En el infantil se puede dar algunas de estas:
  • Ver películas o leer libros de miedo antes de irse a la cama 
  • Problemas en casa cuando los padres están continuamente riñendo
  • Problemas en la escuela, cuando la relación no es buena con los compañeros/as
  • El estrés por el deporte y los trabajos escolares 
  • Mudarse de casa o la separación de los padres
  • Cuando un niño/a está enfermo, sobre todo cuando tiene la fiebre muy alta
  • Algunos tipos de medicamentos también pueden provocar pesadillas.
CÓMO PREVENIR LAS PESADILLAS Para evitar las perturbaciones nocturnas se recomienda:
  • Crear una rutina de sueño, es decir procurar ir a la cama siempre a la misma hora y despertar también a la misma hora.
  • Evitar la siesta durante el día
  • Evitar peliculas o leer libros de miedo, video juegos terroríficos antes de acostarse.
  • Dormir con un peluche o una manta favorita, esto hace con que el niño/a se sienta más seguro/a.
  • Usar una lamparilla de noche encendida para que cuando el niño se despierte con una pesadilla pueda ver cosas que le resulten familiares y recordar dónde está.
  • Mantener una temperatura adecuada en la habitación.

CONSECUENCIAS Cuando las pesadillas son frecuentes y continúan a lo largo del tiempo interrumpiendo de una forma rutinaria el sueño y causando temor de irse a dormir, debemos recurrir al médico o un especialista porque estos síntomas producen efectos adversos como:
  • Somnolencia diurna 
  • Problemas de estado de ánimo
  • Problemas de concentración a la hora de realizar tareas en la escuela
  • Fatiga diurna por falta de descanso
  • Mal rendimiento escolar, falta de atención y problemas de conducta.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Insomnio infantil

El insomnio infantil es una alteración del sueño que se caracteriza por la dificultad de conciliar o mantener el sueño de manera autónoma. 


Los niños poseen unas neuronas cerebrales que funcionan como un “reloj biológico”, el cual controla el sueño y la vigilia, es decir, permite que el niño duerma unas horas y esté despierto otras. Pero también está influenciado por la luz y la oscuridad, y cuando el individuo está sometido a la oscuridad, el cerebro segrega melatonina, que es una hormona que ayuda al sueño. Es a partir del primer trimestre de vida cuando se empiezan a sincronizar los ciclos: vigilia-sueño con día-noche. 


¿CUÁNTAS HORAS NECESITAN DORMIR LOS NIÑOS?

Un bebé recién nacido llega a dormir 16 horas diarias, pero no seguidas, las van intercalando con la vigilia, es decir que duermen en períodos de 4 horas, incluida la noche.
Los seis primeros meses, más o menos, suelen dormir de forma continuada por las noches.


A partir de los dos años hasta los cuatro años, duermen 10 horas por la noches y durante el día duermen dos siestas. Aunque, a partir de los tres años los niños van perdiendo la necesidad de dormir de manera diurna. 


Entro los cinco y los diez años, el sueño infantil madura hasta alcanzar el nivel del sueño adulto. Pero también tienen algunas diferencias como el número de horas de sueño que es casi 3 veces mayor que el de un adulto y el sueño REM es parecido en ambos casos.


Cuando el niño pasa de los siete años, no se considera necesario que el niño tome siestas, pero si necesita dormir durante el día es probable que por la noche, o duerma menos o tenga algún problema durante su descanso. 


Una vez llegado a la adolescencia, el sueño nocturno se reduce a un total de 8 horas, que son insuficientes dado que la necesidad de sueño aumenta durante esta etapa. 


CAUSAS PSICOLÓGICAS Y DE CONDUCTA

MALOS HÁBITOS: 


Cuando comienza el sueño tiene que haber cierta coordinación entre las circunstancias biológicas y las conductas adquiridas; esto quiere decir que el cuerpo tiene que estar fisiológicamente preparado para el sueño y que las conductas previas a dormir se convierten en rituales facilitadores del sueño, lo cual llega a ser un problema que impide el sueño si estas conductas no se llegan a realizar. 


También están los rituales de conciliación, que son importantes para el niño y que se deben a no poder volver a quedarse dormidos, una vez que se despierten en mitad de la noche dado que los estímulos que ellos asocian al principio no están presentes en el momento que se despiertan durante la noche, por ejemplo máma, papá, cuento, etc. 

ESTRÉS:


Los niños tienen la necesidad de rutinas que les dan cierta seguridad sobre su desarrollo. Pero si esta seguridad es destruida de alguna forma, reaccionan con ansiedad mediante el llanto, cambios conductuales y resistencia a la hora de dormir. También se puede dar en casos donde los horarios familiares sean muy irregulares. 


Otra de las causas del insomnio infantil suelen ser las largas siestas de la tarde por eso cuando se padece de insomnio se recomienda su supresión.


Otra causa de insomnio debida al estrés suele ser por la separación nocturna del niño y los padres o cambios en el ambiente familiar lo que conlleva a no querer acostarse. Aunque, también puede ser por el miedo que tengan a la oscuridad o a “monstruos debajo de la cama o en el armario”. 


Dicho de otra manera, el estrés que causa el insomnio se debe a horarios irregulares, problemas familiares, miedos infantiles o por ansiedad de separación.


CAUSAS MÉDICAS 

Las causas del insomnio también pueden ser de carácter médico como:
  • Las alergias
  • Los dolores: la otitis y los cólicos suelen ser los más frecuentes.
  • Enuresis: Falta de control del esfínter de la vejiga.
  • Enfermedades crónicas: dolores de cabeza, asma, epilepsia, etc.
  • Los medicamentos: En general aquellos prescritos para enfermedades agudas o crónicas. 
  • Otras causas médicas pueden ser dentales, gastrointestinales  y apnea del sueño e incluso la presencia de parásitos. 


CONSECUENCIAS DEL INSOMNIO INFANTIL

Cuando se da a temprana edad, las consecuencias tanto físicas como psicológicas son más graves que en adultos. Por eso se recomienda ir a un psicólogo si se da un caso duradero de insomnio. Las consecuencias son las siguientes:
  • Fatiga y cansancio
  • Irritabilidad: Si no descansa lo suficiente presentará irritabilidad y cambios de humor.
  • Mayor riesgo de depresión
  • Trastornos del desarrollo: Si se da durante un largo período puede provocar una alteración en la secreción de la hormona del crecimiento por lo que provoca trastornos en el desarrollo.