viernes, 22 de noviembre de 2019

Insomnio infantil

El insomnio infantil es una alteración del sueño que se caracteriza por la dificultad de conciliar o mantener el sueño de manera autónoma. 


Los niños poseen unas neuronas cerebrales que funcionan como un “reloj biológico”, el cual controla el sueño y la vigilia, es decir, permite que el niño duerma unas horas y esté despierto otras. Pero también está influenciado por la luz y la oscuridad, y cuando el individuo está sometido a la oscuridad, el cerebro segrega melatonina, que es una hormona que ayuda al sueño. Es a partir del primer trimestre de vida cuando se empiezan a sincronizar los ciclos: vigilia-sueño con día-noche. 


¿CUÁNTAS HORAS NECESITAN DORMIR LOS NIÑOS?

Un bebé recién nacido llega a dormir 16 horas diarias, pero no seguidas, las van intercalando con la vigilia, es decir que duermen en períodos de 4 horas, incluida la noche.
Los seis primeros meses, más o menos, suelen dormir de forma continuada por las noches.


A partir de los dos años hasta los cuatro años, duermen 10 horas por la noches y durante el día duermen dos siestas. Aunque, a partir de los tres años los niños van perdiendo la necesidad de dormir de manera diurna. 


Entro los cinco y los diez años, el sueño infantil madura hasta alcanzar el nivel del sueño adulto. Pero también tienen algunas diferencias como el número de horas de sueño que es casi 3 veces mayor que el de un adulto y el sueño REM es parecido en ambos casos.


Cuando el niño pasa de los siete años, no se considera necesario que el niño tome siestas, pero si necesita dormir durante el día es probable que por la noche, o duerma menos o tenga algún problema durante su descanso. 


Una vez llegado a la adolescencia, el sueño nocturno se reduce a un total de 8 horas, que son insuficientes dado que la necesidad de sueño aumenta durante esta etapa. 


CAUSAS PSICOLÓGICAS Y DE CONDUCTA

MALOS HÁBITOS: 


Cuando comienza el sueño tiene que haber cierta coordinación entre las circunstancias biológicas y las conductas adquiridas; esto quiere decir que el cuerpo tiene que estar fisiológicamente preparado para el sueño y que las conductas previas a dormir se convierten en rituales facilitadores del sueño, lo cual llega a ser un problema que impide el sueño si estas conductas no se llegan a realizar. 


También están los rituales de conciliación, que son importantes para el niño y que se deben a no poder volver a quedarse dormidos, una vez que se despierten en mitad de la noche dado que los estímulos que ellos asocian al principio no están presentes en el momento que se despiertan durante la noche, por ejemplo máma, papá, cuento, etc. 

ESTRÉS:


Los niños tienen la necesidad de rutinas que les dan cierta seguridad sobre su desarrollo. Pero si esta seguridad es destruida de alguna forma, reaccionan con ansiedad mediante el llanto, cambios conductuales y resistencia a la hora de dormir. También se puede dar en casos donde los horarios familiares sean muy irregulares. 


Otra de las causas del insomnio infantil suelen ser las largas siestas de la tarde por eso cuando se padece de insomnio se recomienda su supresión.


Otra causa de insomnio debida al estrés suele ser por la separación nocturna del niño y los padres o cambios en el ambiente familiar lo que conlleva a no querer acostarse. Aunque, también puede ser por el miedo que tengan a la oscuridad o a “monstruos debajo de la cama o en el armario”. 


Dicho de otra manera, el estrés que causa el insomnio se debe a horarios irregulares, problemas familiares, miedos infantiles o por ansiedad de separación.


CAUSAS MÉDICAS 

Las causas del insomnio también pueden ser de carácter médico como:
  • Las alergias
  • Los dolores: la otitis y los cólicos suelen ser los más frecuentes.
  • Enuresis: Falta de control del esfínter de la vejiga.
  • Enfermedades crónicas: dolores de cabeza, asma, epilepsia, etc.
  • Los medicamentos: En general aquellos prescritos para enfermedades agudas o crónicas. 
  • Otras causas médicas pueden ser dentales, gastrointestinales  y apnea del sueño e incluso la presencia de parásitos. 


CONSECUENCIAS DEL INSOMNIO INFANTIL

Cuando se da a temprana edad, las consecuencias tanto físicas como psicológicas son más graves que en adultos. Por eso se recomienda ir a un psicólogo si se da un caso duradero de insomnio. Las consecuencias son las siguientes:
  • Fatiga y cansancio
  • Irritabilidad: Si no descansa lo suficiente presentará irritabilidad y cambios de humor.
  • Mayor riesgo de depresión
  • Trastornos del desarrollo: Si se da durante un largo período puede provocar una alteración en la secreción de la hormona del crecimiento por lo que provoca trastornos en el desarrollo. 

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